REFLEXIÓN VÍSPERAS DE NAVIDAD
DIOS SALVA Y ESTÁ
CON NOSOTROS
Is 62, 1-5; Sal
88; Hech 13, 16-17.22-25; Mt 1,18-25
Vísperas de
Navidad, ciclo A
24 de diciembre de
2016
Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario
Diócesis de Tuxpan
Durante cuatro semanas
del tiempo de adviento la Iglesia nos invitó a prepararnos para el nacimiento
del Hijo de Dios. Este acontecimiento de la encarnación de Jesús junto con la
resurrección son misterios fundamentales en la fe.
La Palabra de Dios nos
recuerda como vino Cristo a este mundo y, en sus nombres: Jesús y Emmanuel,
está su misión.
El
nombre de Jesús= Dios salva.
El evangelio narra que el
ángel en sueños le dice a José lo siguiente: que no dude en recibir en su casa
a María, Ella dará a luz un Hijo por obra del Espíritu Santo y él le pondrá por
nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
La palabra Jesús
significa salvador y ésta es la razón principal de su presencia entre la
humanidad. Efectivamente, él viene para otorgarnos la salvación y lo hará dando
su vida en la cruz por cada uno de nosotros.
Efectivamente el Padre
envió a su Hijo para ser salvador del mundo (ver 1Jn 4,14). Dios nos ama y por
esa razón envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados (ver 1 Jn
4,10).
En el credo se dice: “que
por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra
del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre…”.
Toda su vida fue una
continua salvación manifestado a través de sus palabras, su mensaje, su
accionar cotidiano, su milagros pero sobre todo dando su vida en el madero de
la cruz.
Nos
cuestionamos: ¿Conozco el significado de mi nombre? ¿Por
qué ahora cómo que despreciamos los nombres de nuestra cultura mexicana y
también los nombres bíblicos? ¿Creo en Jesús cómo salvador de la humanidad?
¿Aspiro día con día a la salvación? ¿Soy medio de salvación?
Emmanuel=Dios
con nosotros.
El profeta Isaías ha
anunciado que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por
nombre Emmanuel, que quiere decir Dios con nosotros.
“El Hijo de Dios trabajó
con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de
hombre, amó con un corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo
verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante, excepto en el pecado” (GS,
22,2).
Un santo padre expresa: “Nuestra
naturaleza exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser
resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos
devolviera.
Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz;
estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos,
un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían
conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana
para visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y
tan desgraciado?” (San Gregorio de Nisa, Oratio
catechetica, 15: PG 45,48B; Ver Catecismo de La Iglesia Católica, núm.
457).
Nos
cuestionamos: ¿Conozco el significado de la palabra
Emmanuel? ¿Creo y he experimentado la presencia de Dios con nosotros? ¿Dudo que
Dios esté con nosotros? ¿Soy uno con los demás principalmente en sus
necesidades?
Comentarios
Publicar un comentario