REFLEXIÓN SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO


ADVIENTO, CAMINO DE CONVERSIÓN
Is 11,1-10; Sal 71; Rom 15,4-9; Mt 3,1-12
II domingo de adviento, ciclo A
4 de diciembre de 2016

Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario
Diócesis de Tuxpan

Hoy iniciamos la segunda semana de adviento y como signo se enciende la segunda vela de la corona de adviento. El tema central de las lecturas es prepararnos ante la llegada de Jesús y por eso hay que convertirnos.

Adviento camino de conversión.

Convertirse es dejar el camino anterior, hacer un alto, descubrir algo nuevo, tomar un nuevo sendero, cambiar de ruta. Este es el testimonio en Isaías, San Pablo, Juan Bautista (precursor de Jesús). Son tres voces y por tanto es testimonio de dicho anuncio. Son tres grandes maestros que se unen en una sola voz.

Ellos preparan el banquete de la navidad, así que son tres grandes maestros y los tres nos ayudan a prepararnos ante la llegada de Jesús. Cada voz tiene un acento especial, pero las tres voces se complementan, se conjugan y confirman lo que la Iglesia proclama.

Isaías invita a dirigir la mirada a un mundo mejor y nuevo. No habituarnos al mal como lo conocemos y a veces vivimos; lo poético entre los animales, es una fábula que anuncia que si es posible una manera de vivir de manera óptima. Si es posible la conversión. En la actualidad para que el ternero esté junto al león, sólo es posible si está en el estómago del rey de la selva. Es ridículo que el león coma paja si no son sus hábitos alimenticios. Sin embargo, los animales más incompatible (enemigos) viven en paz y los más feroces son transformados en animales dóciles, tranquilos, mansos…este cambio sólo es posible por el león (rey de todo) de la tribu de Judá.

La serpiente es venenosa, tiene astucia, es sagaz, etc. hay gente con veneno en su mente, corazón y en la boca para matar al prójimo. Hay quienes seducen con su astucia y pervierten a los inocentes, usando las artimañas del engaño.

El león es feroz, carnívoro, tiene garras, fauces. Así es el ser humano como los leones que despedazamos a otros, los devoramos de muchas maneras.

El lobo es depredador, carnívoro, tiene fauces. El ser humano también tiene algo de lobo. Es rapaz del mismo hombre, usa sus fauces para destruir o triturar al hermano.

Por tanto, no podemos habituarnos a esta manera de pensar, ser y actuar. Dejemos de ser fieras temibles que se tragan la vida de otro, con garras en el alma y despedazan con la ironía. No se puede seguir viviendo con la ley de la jungla o selva. El profeta invita a cambiar en este tiempo de adviento. Acojamos benignamente su mensaje.

La conversión es sincera y no aparente.

Juan Bautista invita a ser transparentes, auténticos en la vida y no ser dobles o hipócritas, porque Dios no es así.

A ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a bautizar les dice raza de víboras, pero… ¿Por qué los trata así? ¿Si su bautismo es de conversión, por qué no los aceptó? El evangelio es claro, los pobladores se acercaban a Juan para recibir el bautismo y confesaban sus pecados.

Sin embargo, los fariseos y saduceos, sólo querían el bautismo, sin tener un arrepentimiento. Su actitud es una señal vacía o hipócrita, porque la contricción no es la raíz de su interior, tampoco hay dolor del mal que han hecho, solo quieren aparecer como buenos, sin mover un ápice de su corazón y conciencia. El bautista como mensajero de Dios, sabe descifrar las apariencias de ellos y por tal razón los llama raza de víboras.

Juan Bautista afirma conviértanse porque ya está cerca el Reino de cielos. Jesús también inicia su ministerio afirmando lo mismo. Sin embargo, hay una diferencia entre ambos. El bautismo de Juan es de agua, como señal del arrepentimiento de los pecados; el de Jesús es con el Espíritu Santo y fuego. Juan proclama que somos pecadores, Jesús reconoce que también somos pecadores y nos hace buenos con su gracia. La bondad de Jesús nos hace buenos y nos hace partícipes de toda la inmensa riqueza de la gracia.

Nos cuestionamos:

Los animales feroces son sanguinarios, feroces y utilizan todo su ser para aniquilar a otros ¿Soy devorador de mis hermanos? ¿Trituro al prójimo con mis calumnias, ironía, etc.? Cada tiempo litúrgico siempre es una oportunidad para convertirnos al Señor ¿Estoy dejando el camino equivocado para emprender la ruta de Dios? Los fariseos y saduceos se acercaban a Juan para que los bautizara, pero no había en ellos sinceridad y arrepentimiento ¿Mi conversión es transparente? ¿Me acerco a los sacramentos porque busco el encuentro con Dios o por algún evento social?

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