REFLEXIÓN DEL DOMINGO TERCERO DE ADVIENTO

LA ALEGRÍA ES EL ANUNCIO DE UN PROFETA

Is 35,1-6.10; Sal 145; Stgo 5,7-10; Mt 11,2-11

III domingo de adviento, ciclo A

11 de diciembre de 2016.

Pbro. Gilberto Lorenzana González

Formador en el seminario

Diócesis de Tuxpan

El tercer domingo de adviento se le denomina “gaudete”, es decir el domingo de la alegría, ésta es la característica que prevalece en las lecturas y, al encender la tercera vela (color rosa) de la corona de adviento, el discípulo del Señor se debe de distinguir por ser alegre.

1.      Anuncio de la alegría en el desierto.

El profeta Isaías (13,1-6.10) anuncia que el desierto se debe de alegrar porque se cubrirá de flores. Los de manos cansadas y rodillas vacilantes deben ser fuertes, los de corazón apocado deben de tener ánimo. Todos se verán coronados de perpetua alegría, porque los ciegos verán, los cojos saltarán y el mudo cantará.

Este anuncio profético de Isaías es referencia inmediata a Juan Bautista, pero sobre todo a Jesús, el Mesías, en el cual todo se hará realidad.

2.      La alegría de un gran profeta que surgió en el desierto.

En el domingo pasado el evangelio (Mt 3,3) describe que Juan Bautista es el profeta que ha anunciado Isaías cuando dice: Una voz clama en el desierto: preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.

El evangelio de hoy (Mt 11,7-9) Jesús cuestiona ¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida, un hombre lujosamente vestido o a un profeta?

a)      ¿Quién es Juan el Bautista?

De la incredulidad de los judíos surge Juan que nace de la esterilidad de Isabel y de la edad avanzada de Zacarías, se instala en el desierto y de ahí surge como una flor que brota de la aridez, él hará que del yermo surja un jardín.

Juan tenía como hogar el desierto, su vestimenta es una túnica de piel de camello, comía saltamontes y miel silvestre. Él implícitamente:

• Anuncia que su confianza plena está en Dios, como lo experimentó el pueblo de Israel a pasar por el desierto. Confiar en Dios es tener una vida llena de júbilo.
• Su manera de vestirse, alimentarse y vivir es una profecía y anuncio de la separación hacia un sistema que vive en la opulencia. Ser austero es un gran gozo.
• Es una voz que hace conciencia al pueblo, vive lo que predica y por eso su voz tiene mayor fuerza. La coherencia es la mejor alegría.
• Con júbilo predicaba la conversión y muchos acuden para confesar sus pecados y hacerse bautizar. Jesús también se forma entre los pecadores para recibir el bautismo.
• Tiene una gran mirada, oído y voz para hablar de Dios. A los fariseos y saduceos les dice: raza de víboras, hagan ver con obras su conversión (ver Mt 3,7-8). A Herodes le dijo no te está permitido tener por mujer la esposa de tu hermano (ver Mc 6, 14-29). Reconoce y señala a Jesús como el Cordero que quita el pecado, que viene a bautizar con Espíritu Santo y fuego (ver Jn 1,26).
• Reconoce su pequeñez ante la grandeza de Jesús y por eso él tiene que disminuir para que crezca Jesús. Ésta es su máxima alegría (ver Jn 3,29ss).

La vida de Juan Bautista es un júbilo para la humanidad, ya que su estilo de vida, sus predicacciones, su coherencia son signos de un hombre de Dios. Su Máximo gozo es preparar el camino al Señor y una vez encontrándose con Él, le concederá con gran cautela el lugar a Jesús, para que Él resurja.