UN REY DESDE LA CRUZ


UN REY DESDE LA CRUZ
2 Sam 5,1-3; Sal 121; Col 1, 12-20; Lc 23,35-43
20 de noviembre de 2016

Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario
Diócesis de Tuxpan

Con la festividad de Cristo rey se culmina cronológicamente el año de la misericordia, se culmina el ciclo litúrgico “C” e iniciaremos el adviento y el ciclo litúrgico “A”.

Si Cristo es rey que se salve a sí mismo.

Las autoridades, soldados y el pueblo se burlan de Cristo diciéndole: Si tú eres Rey, sálvate a ti mismo. Este es el criterio de los judíos y por eso se mofan de Él. El criterio de Jesús no es la misma manera de pensar de los judíos, sino que su ser rey o el poder que tiene no es para sí mismo, Él nos enseña que ser rey es para los demás. Ese darse y ofrecerse a los demás es el amor que brota de sí mismo y que se ve plasmado en la cruz.

Estamos habituados a ver que los reyes de este mundo, han enseñado que primero son ellos, luego ellos y después ellos y, si queda algo será para el pueblo. Ese “sálvate” es referencia, en tener presente que no olvides que primero estás tú. Ese criterio mundano no es el criterio de Jesús, Él no cae en esa idea. Él no se pone primero a buscar sus propios interese personales. Él es primero en otros rubros.

  •       Él nos ha enseñado que no ha venido a ser servido, si no a servir.
  • No ha venido a enriquecerse económicamente, nos has enseñado que ser rico es el que busca un tesoro en el cielo.
  • Nos ha enseñado que el poder no es para beneficiarse, para oprimir, aplastar, sino que el verdadero poder es ponerse en las manos del Padre, a través de la oración y así amar hasta los enemigos.
Un reinado desde la cruz.

La cruz es como la derrota más vergonzosa, tal parece que allí muchos se gozan porque lo han vencido, así lo ven los judíos. Sin embargo, para otros desde la cruz se afirma: que Él es Rey. Pero… ¿Qué clase de rey es, si se ve que es derrotado?.

Para saber si Jesús es vencedor hay que conocer quién es su enemigo. La muchedumbre, soldados, autoridades judías y romanas, el poder político y religioso son sólo una marioneta o títeres de quien mueve esto. La contienda no es con los verdugos, porque Jesús ora por ellos; ni con la cobardía de los discípulos, porque Él ha anunciado y afirma que el Padre estará con Él; tampoco los compañeros de sufrimiento, porque a ellos les ofrece el paraíso. Mucho menos la muchedumbre, porque Él le suplica al Padre, perdónalos porque no saben los que hacen.

El verdadero enemigo es el dueño de todo el mal. El enemigo quiere que Cristo se aparte de la voluntad del Padre. Eso mismo quiere para todos, apartarnos de Dios y así ser sus juguetes, sus veletas y para ello utiliza sus artimañas, que son un arsenal de: calumnias, mentiras, amenazas, torturas, falsas promesas, etc. Por tanto, la lucha es contra el espíritu del mal. Pero… ¿Le dio resultado? El Maligno quiere separar a Jesús del Padre, sin embargo Él está orando; el mal le quiere infundir odio, pero Jesús nos ama en todo momento; quiere infundirle desobediencia, pero Jesús obedece siempre al Padre.

El mal (Demonio) pretende separar a Jesús del Padre, pero no pudo. Así en la cruz el Demonio ha sido vencido. Por eso: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey! Cristo Rey ha vencido a su verdadero enemigo que es el Demonio, el pecado y la muerte.

Su victoria es para nosotros. Vencer no es desquitarse, no es vencer al enemigo que se hace presente en una persona, sino que vencer es dejar que Cristo reine.

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