REFLEXIÓN DEL XII DOMINGO ORDINARIO
A MÍ ME HAN
PERSEGUIDO, A USTEDES LOS PERSEGUIRÁN
Jer 20, 10-13; Sal
68; Rom 5, 12-15; Mt 10, 26-33
XII domingo del
tiempo ordinario, Ciclo A
25 de junio de
2017
Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario
Diócesis de Tuxpan
La sección de san Mateo
10, 1-42 es denominada de la misión. Hace ocho días meditamos varios aspectos
interesantes que contiene la misión, a saber: La compasión de Jesús ante las
multitudes que andan extenuadas y desamparadas, la necesidad de orar para que
haya más operarios ante un mundo inmenso de quehacer pastoral, el llamado de
Jesús a los apóstoles para que sean los continuadores de la misión, las
facultades que Jesús les otorga a los misioneros para ir en nombre de Él.
Ahora (Mt 10, 26-33), nos
recuerda otros aspectos interesantes, como son: “No teman”, como una expresión
hermana de tener fe, la verdad como esplendor siempre brillará y nadie la puede
ocultar o negar. A un misionero que anuncia la verdad y sea amenazado por ser
heraldo de ello, la invitación es a no tener miedo porque Dios siempre lo
cuidará. La persona por ser tal tiene una dignidad que lo hace estar por encima
de otras cosas. Negar a Dios delante de los hombres tiene una consecuencia
desagradable, afirmarlo tiene una gran recompensa…
1.
A
ustedes los perseguirán.
Los misioneros de Jesús,
cuando llevan su mensaje tendrán dos tipos de respuestas: a) ser aceptados, b)
ser rechazados. Así se descubre en el texto de Jeremías y los Apóstoles, ene l
texto del evangelio. A Jeremías le tocó
dar una mala noticia a la casa de Judá. En cambio, los apóstoles llevan la
mejor de las noticias (Jesús). La respuesta de los oyentes es negativa, ambas
noticias (buena y mala) son rechazadas y los anunciadores son perseguidos.
a)
Jeremías
es perseguido.
¿Qué sucedió en tiempos
de Jeremías? El primer lugar el pueblo tenía reyes, ellos se lo han solicitado
a Dios y Él se los concedió, de ahí que surgieron los reyes como: Saúl, David,
Salomón. Con David Dios se comprometió diciendo que siempre habría un hijo de
David reinando; después de David vino su hijo Salomón, quien le pidió a Dios
sabiduría para conducir su pueblo. De él surgió, su hijo Roboam, el cual no pudo
mantener el reinado en la unidad y se desintegró surgiendo así Judá (reino del
sur) e Israel (reino del norte) y en ambos reinados se cayó en idolatrías. Con
ello han hecho a un lado a Dios y el juramento o pacto de Dios con ellos se ha
debilitado. Se han olvidado que Dios los ha sacado de Egipto, de igual manera
han dejado en el olvido las maravillas que Dios ha obrado en ellos.
En pocas palabras los
Israelitas y Judíos se han prostituido, es decir han vendido su cuerpo o dado
su persona a alguien diferente a Dios. Ante esta infidelidad Dios envía a
Jeremías (reino del sur) para que les anuncie y les diga lo que han hecho. Jeremías
sabe que Dios no va a traicionar sus promesas, pero su fidelidad tiene que
pasar por una “amonestación fuerte” para que se den cuenta de sus actos.
Ahora sí que a Jeremías
le toca bailar con la más fea. Jeremías no les anuncia que Dios está enojado,
porque se han portado mal con Él. Al contrario les va hablar del amor de Dios,
de manera fuerte y clara pero el pueblo no ha entendido este mensaje,
De ahí que han rechazado tajantemente
a Jeremías. Él afirma que oye un cuchicheo de la gente, que están tramando la
manera de vencerlo y esperan un pequeño tropiezo para aniquilarlo e inclusive
sus mismos amigos.
b)
Los
Apóstoles son perseguidos.
Con los apóstoles sucede
algo similar. Ellos anuncian la Buena Noticia, es decir el evangelio (Jesús) su
mensaje es de amor, perdón, unidad, bienestar para todos, por supuesto que todo
ello es manifestación de su gracia, la cual es para todos. Este mensaje a veces
es rechazado por muchos porque la gracia y el pecado están en contraposición. Hay
quienes por defender sus intereses personales, económicos, partidistas,
culturales, etc. se ven libremente o presionados para rechazar el mensaje de
Dios y junto con ello a sus misioneros.
Así por ejemplo cuando se
habla de la verdad, la justicia, el bien común, etc. indudablemente que estos
mensajes van a llegar y calar profundamente a las personas y a sus intereses.
Ante ello la reacción o respuesta es clara: aceptar y rechazar a Dios.
El evangelio es claro al
afirmar que la verdad siempre va a prevalecer. Que sus mensajeros serán
perseguidos, pues el mismo fue perseguido pero quien los sostiene será la
gracia de Dios, Él siempre estará con nosotros hasta el fin de los tiempos. La
invitación es perseverar y ser fiel al Señor hasta el final de la existencia y
la recompensa será grande en el reino de los cielos.
Nos
cuestionamos: ¿Has perseguido a algún misionero del
Señor? ¿Por qué razón? ¿Te has dado cuenta que en realidad a quien persigues es
la Señor? ¿Le has pedido perdón por estas actitudes? ¿Conoces bien el mensaje
del Señor? ¿Lo has aceptado en tu vida? ¿Estás dispuesto a ser un heraldo del
Señor? ¿Te has sentido perseguido, calumniado, rechazado, etc. por ser
misionero del Señor? ¿Has dudado de que es Él el que nos sostiene? ¿Estás
dispuesto hablar plenamente de la verdad que nos hace libre? ¿Estás dispuesto a
dar la vida por el anuncio de su evangelio?
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