REFLEXIÓN DEL VI DOMINGO DE PASCUA


ANUNCIO DE LA LLEGADA DEL ESPÍRITU SANTO
Hech 8, 5-8.14-17; Sal 65; 1Pe 3,15-18; Jn 14,15-21
VI domingo de pascua
21 de mayo de 2017

Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario

Diócesis de Tuxpan

El tiempo litúrgico de la pascua de este ciclo “A” está por concluir y su culmen es la celebración de la festividad del Espíritu Santo en Pentecostés. No hay que olvidar que desde la solemnidad de la resurrección y la solemnidad de Pentecostés el protagonista es el Espíritu Santo, sin separarlo de las demás Divinas Personas. Cristo y el Espíritu extienden durante todo el tiempo, pero se descubren con facilidad en este tiempo. Los santos Padres hablaban de Ellos como las dos manos de Dios que abrazan al ser humano; es decir el envío del Hijo y el envío del Espíritu Santo.

Claro hay impacto con el resucitado con sus apariciones, la tumba vacía, las persecuciones, pero el Espíritu se manifiesta como la fuerza, líder en la misión, luz que esclarece el misterio de Cristo, Aquel que renueva todo, etc.

En la primera lectura y el santo evangelio se habla del anuncio de la llegada del Espíritu Santo.

1.      Recibieron el Espíritu Santo.

El diácono Felipe a través de su predicación ha hecho una obra maravillosa porque Samaritanos y Judíos como comunidades opuestas, entienden aquello que Jesús ya ha dicho a la Samaritana que la salvación proviene de los judíos.

¿Qué es lo ha hecho Felipe?

  • Predicaba a Cristo.
  • Bautiza.
  • Hacía milagros y había testigo que de muchos poseídos salían los demonios, paralíticos y lisiados quedaban curados.
  •  Había alegría en la multitud.

Estos signos que realiza Felipe son indudablemente que la manifestación del Espíritu santo en su vida y lo anuncia, lo revela con su predicación y sus hechos.

Más tarde Pedro y Juan van hacen oración por los convertidos e imponen las manos sobre ellos para que reciban al Espíritu Santo. No se reemplaza a Felipe, si no que confirman a estos discípulos en la fe y a su vez a Felipe en su misión.

Nos cuestionamos:

¿Has recibido al Espíritu Santo? ¿El Espíritu es el protagonista de tu vida? ¿Qué signos realizas de la presencia del Espíritu en tu vida? ¿Dejas que el Espíritu Santo renueve tu vida? ¿Conservas vivo el don que has recibido?

2.      Les enviaré Otro Paráclito.

El evangelio dice: “Si me aman cumplirán mis palabras”, éstas expresiones no son tan fácil de comprender. En primer lugar, es una muestra del amor de Jesús. Porque en su corazón radica todo su amor y al ser abierto por la lanza del soldado romano, se muestra como signo inagotable de amor, se dona, se abre hacia la humanidad.

Estas expresiones son un enorme caudal, es decir Él expresa infinidad de cosas en pocas palabras. Antes ha dicho ustedes ya no son siervos, sino mis amigos porque el siervo no sabe lo que hace su Señor. Él quiere que recibamos de Él la vida, porque corazón es una fuente inagotable de vida.

En este mismo marco, Él dice: “Yo rogaré al Padre y Él les enviará Otro Paráclito”. Pero ¿Por qué dice Otro? ¡Ah! porque un Paráclito es como un abogado, defensor, Alguien quien te cuida, protege… Así, pues, Jesús durante su vida terrena realizaba esta función o misión de ser Paráclito.

Y ahora con su partida, el Espíritu Santo viene a realizar lo mismo que Jesús ya ha realizado con los discípulos. El Espíritu enseña, defiende, alimenta, guía, corrige, renueva, cuida, protege, hace maravillas y prodigios, etc. Tener al Espíritu Santo es tener la enseñanza, la Palabra, pero sobre todo el amor que Dios da a cada uno.

Por otra parte, no hay que olvidar que Jesús dijo: “no los dejaré desamparados”. Por tanto, el Espíritu Santo no viene sólo sino que viene con el Padre y el Hijo. Y tener al Espíritu Santo es tener siempre a Dios, es tener sus obras, sus enseñanzas, es tener su amor. Por tanto, es Cristo el que nos mantiene vivos por la presencia del Espíritu Santo, Él mantiene viva la fe, la esperanza y el amor por la fuerza y gracia del Espíritu Santo.

Nos cuestionamos:

¿Amas a Dios? ¿Qué y quién radica en tu corazón? ¿Realizas la función de ser defensor de alguien cuando más te necesita? ¿La presencia del Espíritu te mantiene vivo y por lo mismo mantiene viva tú fe, tú esperanza y tú amor; te das cuenta de ello? ¿Tú das a conocer a Dios para que en cierta forma se mantenga vivo o das a conocer más el recuerdo de un personaje celebre de la historia? 

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